PENSE EN LARGAR TODO

Después de la Copa, Verón le dijo a su mujer que se retiraba. En frío, volvió. No renuncia a la Selección, mira a EE.UU. y avisa: "No pataleo para quedarme con Estudiantes".

Escuchaba voces pero ninguna palabra. Se sentía solo, aturdido, por los tres goles de Brasil y por su propia historia en la Selección. Por eso, mientras cada uno arrastraba su frustración como podía, Juan Sebastián Verón se hartó en el medio del vestuario de la Selección y agarró el celular para mandar un mensaje de texto. Fueron diez letras y una sentencia: no juego más. —¿Quién lo recibió?—Florencia, mi señora.—¿Y qué te respondió?—Que estaba loco. Que no precipitara las cosas. Pero yo no entraba en razón. Pensé que no jugaba nunca más... Fue un golpe duro, difícil de digerir. La frustración, el tiempo que falta para tener otro gran objetivo, hay que pensar que a los 32 años me cuesta arrancar de nuevo... Decís hasta acá llegué. Aunque en frío ves distinto las cosas. Eso me pedía mi mujer.—Pero vos saliste del vestuario y diste a entender que renunciabas ahí.—Se interpretó mal. O mejor dicho, el momento llevaba a pensar eso. Porque en realidad yo lo creía, había sido la última oportunidad de ganar algo. Ahí, renunciaba a la Selección, al fútbol, a todo... No era el mejor momento para hablar. Igual, yo nunca dije renuncié a la Selección, o no vengo nunca más. Debía pasar un tiempo. Y así, el reencontrarme con el grupo en Estudiantes me contuvo.IR A LA NOTA COMPLETA: VER